Últimamente he notado que los niños/as están tomando mucho protagonismo en la vida pública, social... y bélica.
Algo está pasando.
Algo nuevo.
Mirad esta noticia:
Un niño de 6 años muere para proteger a su hermana de un violador
Con solo seis años Dominick Andújar salvó a su hermana mayor de la agresión de un violador que irrumpió en su casa. Pero el precio que tuvo que pagar el niño por su hazaña fue muy alto: el agresor le quitó la vida.
Lo malo es que casi siempre, aparecen como víctimas, como el niño de la playa, el que pide que paren la guerra de Siria... y tantos otros.
No pasa un día sin que aparezcan noticias de primera plana protagonizadas por niños y niñas. Casi siempre malas, por supuesto. Malas en el sentido trágico ya que suelen ser las víctimas, pero algo de bueno tiene que, por fin, se incorporen a la vida pública. Cualquiera diría que se están acabando los niños silenciosos e inactivos, que sólo servían para pellizcarles la mejilla.
Me parecen bien los programas tipo Máster Chef Kid, o los de cantantes que nos muestran niños y niñas con grandes habilidades, o que desfilan en pasarelas con una estilazo digno de Top Models.
Pero me llaman más la atención los que afrontan la vida con una valentía que ya quisieran para sí muchos adultos.
Y se ven obligados a afrontarla por culpa de esos seres miserables que no tienen alma.
Dice una amiga que tengo en Facebook: "Cuanto más pequeños más humanos. Parece que cuanto más mayores más animales".
Le doy toda la razón.
Me parece que es bueno que los más pequeños empiecen a rebelarse contra las injusticias y los abusos.
Son nuestros pequeños héroes.
O mártires, según se mire.
Lo malo es que casi siempre, aparecen como víctimas, como el niño de la playa, el que pide que paren la guerra de Siria... y tantos otros.
No pasa un día sin que aparezcan noticias de primera plana protagonizadas por niños y niñas. Casi siempre malas, por supuesto. Malas en el sentido trágico ya que suelen ser las víctimas, pero algo de bueno tiene que, por fin, se incorporen a la vida pública. Cualquiera diría que se están acabando los niños silenciosos e inactivos, que sólo servían para pellizcarles la mejilla.
Me parecen bien los programas tipo Máster Chef Kid, o los de cantantes que nos muestran niños y niñas con grandes habilidades, o que desfilan en pasarelas con una estilazo digno de Top Models.
Pero me llaman más la atención los que afrontan la vida con una valentía que ya quisieran para sí muchos adultos.
Y se ven obligados a afrontarla por culpa de esos seres miserables que no tienen alma.
Dice una amiga que tengo en Facebook: "Cuanto más pequeños más humanos. Parece que cuanto más mayores más animales".
Le doy toda la razón.
Me parece que es bueno que los más pequeños empiecen a rebelarse contra las injusticias y los abusos.
Son nuestros pequeños héroes.
O mártires, según se mire.
